¿Quién es ésta chica?

Barbarella es una artista multidisciplinar, combina técnicas tradicionales como la acuarela o el collage con el arte digital. Estudió interiorismo y tras cinco años en la profesión se lanzó a indagar en su faceta artística (aunque aún realiza proyectos de reforma de vez en cuando). Autodidacta desde 2006, estudia sólo aquello que le interesa.

Aplica conceptos nuevos en muchas de sus obras, aunque no sean exclusivamente conceptuales ya que piensa que «en mis obras de arte siempre debe haber un toque meticuloso y artesanal«. Para expresar opiniones escribe un blog sobre arte; tiene un canal de youtube sobre arte y bipolaridad; y ha pronunciado conferencias acerca de su evolución.

Siempre inquieta, ha probado el diseño industrial, de bisutería y de mobiliario. Ah! y ha creado varios juegos, entre los que destaca Venus Pópuli. Lucha por sus sueños, que a menudo la despiertan con nuevas ideas.

 

¿Por qué tantas revistas? ¿Por qué VOGUE?

”El material de revistas forma parte de mi ADN artístico. Aunque trato diferentes temas en cada serie de obras, parte del material o la idea procede del papel cuché. Por ejemplo, las series de collage cuyas fotos proceden del Vogue colecciones tratan del poder de la mujer, la organización del colectivo femenino o simplemente son un ejercicio de abstracción del color de la foto. Los primeros collages combinados con acuarela soplada hablan de cómo nos encasquetan faldas cortas en pleno invierno. Sin embargo, las series que no tienen collage también proceden de revistas. Con una revista se pueden hacer muchas cosas, por ejemplo calcarla para luego pintarla con acuarela. Se puede inventar una portada que no existe. O calcar diferentes elementos para hacer un jeroglífico con un significado original, de algún tema que me obsesiona. Se pueden utilizar diferentes textos o titulares encontrados y repujarlos en cartulina para denunciar problemas actuales, como el maltrato animal. Y, ¿por qué no hacer souvenirs de Velázquez con el Fotogramas y un poco de humor?.

Desde niña he observado las revistas, de todo tipo, y las aprecio como un tesoro oculto. El tesoro lo veo yo, como en las rebajas: cuanto más buscas, mejores cosas encuentras. Con once años leía el Vogue, Ragazza, Telva, Superpop, Emprendedores, Hola!, Casa Viva, Quo, Muy, Rolling Stone, el dominical del periódico (que a veces traía dinosaurios en 3D), Architectural Digest, Fotogramas y ELLE. Unas las regalaban con el periódico, aparte del dominical. Otras las compraba mi abuela. La vecina me regaló una torre de Vogue que iba a tirar. Mi tío abuelo hizo lo mismo con Architectural Digest, cuyas hojas recorté para decorar una casa de muñecas que le hicimos mi abuelo y yo a mi prima pequeña. ¡Que maravilla encontrar una alfombra para el salón!. Y aunque hasta los 14 años no me preocupó la moda, de pequeña veía la belleza del maquillaje y los vestidos de Paco Rabanne. También teníamos National Geographic, que despertó mi curiosidad por la biología, la física y la fauna.

Gracias a los números que tenía del Architectural Digest me decidí a estudiar interiores, quería crear mobiliario y reformar hoteles de lujo. Cuando estaba en la universidad hacía fiestas en mi casa y dibujaba mirando fotos del Neo2, ebria, ante la atenta mirada de mis amigos.

¿Por qué el papel de las revistas?

El papel de las revistas es basura, pero al mismo tiempo es muy valioso, dependiendo de cómo se utilice. A mucha gente que compra revistas le pasa que las guarda, le da pena tirarlas, pero cuando quieren hacer hueco en la estantería dan prioridad a los libros. Ahí estoy yo esperando, para pasar con mi camión de la “basura”.

En la era del huffington post y los memes la información es fast food: no alimenta, es barata y se consume en grandes cantidades. Las revistas que sobreviven lo hacen porque son bellas. Ya a nadie le hace falta una revista en la peluquería, está el móvil. Poder coger el Vogue y en media hora ver todas las colecciones de la temporada es mejor que hacer scroll en Instagram para al minuto olvidar lo que se ha visto. Por eso creo que el papel tiene afán de perdurabilidad, aunque de manera efímera porque acaba en la basura.

El papel de las revistas es delicado, para hacer un buen collage hay que pensar en la perdurabilidad del material-soporte, el material adhesivo y el barniz. Además si se combina con acuarela, acrílico u otra pintura hay que tener en cuenta éste último factor. La revista es como una nube de insectos que quiero escoger, atrapar y disecar para darles perdurabilidad y poner en valor sus cualidades. Cuando recorto una modelo de una sola vez, a menudo guardo el fondo que muestra su silueta. Ya veré qué hago con ellas.

Hoy en día atesoro tres revistas, más que ninguna otra:

1_Dos tomos del “Chicas” encuadernado, que compraba mi abuela en los años 50. Cuando las leo, entiendo la idiosincrasia de la mujer española veinteañera-rica de los años 50. Leerla es viajar en el tiempo.

2_La revista en la que yo aparezco, TenMag, con 27 años.

3_La revista Tmeo, donde reseñan el fanzine que hice para mis amigos arquitectos: Sangre de unicornio.

Tengo una especie de reloj biológico que cada 28 de Agosto me despierta de la cama recordándome que compre por duplicado “THE SEPTEMBER ISSUE”.

Las revistas parecen banales pero en realidad todo depende del cristal con que se mire.

Como en la película “Armas de Mujer”, en una revista se puede encontrar la clave para entender el mundo actual, predecir el comportamiento del ser humano y avistar cambios profundos en la sociedad.

¿Incluso en el Vogue?. La moda depende de la sociedad, de la economía, de quién ha muerto recientemente y se le homenajea. La guerra de Irak trajo consigo la moda de estampados de camuflaje en los 90-2000, la muerte de Prince el color morado hace pocos años (Purple Rain). La crisis económica trajo en 2008 el lujo falso ochentero, el lamé dorado y las cadenas de oro que cagó el moro. La moda representa la manera de pensar de la sociedad, por eso cada recorte, cada prenda, es irrepetible, queda de testigo de un momento concreto en la historia.

¿Incluso en el “Hola!”?. Una boda real es política, es economía, es diplomacia. Un escándalo es como el aleteo de una mariposa que provoca el caos. Ver cómo quedan los cuerpos con tanta cirujía estética es ver un cambio de paradigma.”

¿Por qué haces arte?

Ser artista es ser irreemplazable, he tenido muchos trabajos en los que cualquier persona con habilidades técnicas podría sustituirme. Nadie tiene mis ideas ni mi manera de darles forma, ni siquiera hago exactamente lo que planeo en un principio. A veces un error da lugar a una nueva idea y se convierte en un acierto. Prefiero que haya obras mías en más de 100 lugares a que haya 100 interiores hechos por mí pero al gusto de otro.

Con la acuarela disfruto especialmente porque no se puede falsificar.