¡Nunca pertenecería a una galería que admitiera como artista a alguien como yo!

Hay artistas que parecen la reencarnación de Groucho Marx. Saben reirse de sí mismos y del mundo, incluido el mundo del Arte. Los hay irónicos, los hay satíricos y los hay absurdos. Los hay que se hacen pasar por timadores para reirse de los especuladores. ¿Exploran los límites de lo que se llama Arte o simplemente son unos charlatanes? ¿Su objetivo es confundirnos y desencadenar debates?

Antes de leer éste artículo asumiremos como ciertas las siguientes premisas:

1_Tener sentido del humor es signo máximo de inteligencia.

2_Usar el humor provoca catársis

3_Reirse de uno mismo es necesario para ser feliz

Hoy voy a hablar de los artistas que se ríen del arte mismo, los punkies que nos devuelven a nuestra verdadera naturaleza: somos una mota de polvo en la eternidad.

La mayoría de los artistas bromistas bromean sobre las siguientes cuestiones:

-¿Es esto arte? ¿Quién lo decide?

-¿Cuánto vale el arte?

-¿Vale para algo el arte?

-¿Por qué les hacemos caso a los críticos?

-Voy a cachondearme del cliente:

A continuación vamos a ver un caso al estilo del jabón de «Fight Club»: Le vendo su grasa convertida en jabón. O si lo prefieres «Le doy al perro la medicina escondida en un bistec».

Se trata del «Retrato ecuestre de Carmen Martínez-Bordiú» de Salvador Dalí. Como ya sabemos, Dalí era un punk bajo una fachada de Burgués snob monárquico. En su frase «Para mí la Monarquía es la prueba de la validez del ácido desoxirribonucleico, o sea que desde la primera célula viviente hasta la última todo se ha ido transmitiendo genéticamente pero no políticamente» se puede entender que se refiere a la endogamia en la familia real. Mi análisis del retrato ecuestre conduce a la idea de que es un claro caso de «Me cachondeo del cliente»:

Como podeis observar, Carmencita cabalga entre las nubes (entre algodones), con gesto despreocupado, mano sobre mano, como diciendo «¿Hipoteca? ¿Qué es eso, un pokémon?».

El caballo se recorta sobre un paisaje en el que los dos protagonistas del cuadro «La Rendición de Breda» están en el centro de la escena y más parecen dialogar como amigos que como enemigos.

En la escena puedes observar como, en un paisaje donde todavía humean los restos de la batalla, los españoles están a la derecha y los holandeses a la izquierda. Ambos grupos llevan vestimentas diferentes y armamento desigual, los españoles lanzas y los holandeses picas y fusiles. El protagonismo lo ostentan, en el centro de la composición, dos personajes, el español Ambrosio de Spínola a la derecha, recibiendo la llave de la ciudad de Breda, que humildemente le entrega el gobernador, Justino de Nassau, en señal de rendición y sometimiento.

Dalí coloca a esos dos hombres en el centro del retrato ecuestre de Carmen pero ¿qué nos quiere decir?. ¿Es una metáfora en la que Ambrosio es Franco y Justino Dalí? ¿Se rinde ante el dictador haciendo el encargo, pero con una pullita?

Dalí entregando el cuadro

«Me río con mi cliente»:

¿Quién es la pareja ideal de un artista bromista? .Un coleccionista guasón. El ejemplo más claro es Maurizio Cattelan y el coleccionista Peter Brant, que le encargó a Cattelan una escultura de su mujer (Stephanie) para colgar de la pared como si fuera un trofeo de caza. La obra se dio a conocer como «Trophy wife«, un apodo que no deja lugar a dudas. Ésta obra creada con sentido del humor aumentó de valor tras el divorcio de Stephanie gracias a la broma-cotilleo que expone, gracias a la historia de trasfondo. Otro día hablaré del tema «historia de trasfondo», un componente fundamental para valorar una obra.

Peinando a Stephanie, la mujer trofeo

¿Es esto arte? ¿Quién lo decide?

Matt Groening nos ha intentado explicar qué es el arte en bastantes ocasiones, por ejemplo en el episodio «Mom and Pop Art» trata el tema de la intencionalidad: cuando Homer expresa rabia real (intentando montar la barbacoa), crea arte (al menos a los ojos de un artista).

Sin embargo, cuando Homer quiere crear algo parecido a lo que llamó la atención del artista, no consigue hacer arte. Aquí Matt Groening cuestiona si son los que pertenecen al mundo del arte los que deciden qué es arte y qué no.

Michael Pederson señaliza el paisaje urbano convirtiéndolo en una galería.

¿Cuánto vale el arte?

Piero Manzoni el escatológico, lema «mi mierda vale oro»: Las latas ni siquiera contienen lo que pone en la etiqueta. Las latas contienen yeso. Lo que Manzoni parece que denunciaba con humor es «el valor de la marca». ¿Acaso todo lo que hace un artista (incluso su caca) es arte y por tanto vale oro?

Piero Manzoni con las latas de «Mierda de artista»

Warhol decidió que el arte debía ser económico, así que montó su «factory» en la que unos oompa loompas colocados fabricaban serigrafías que Warhol solamente firmaba. Aunque no sabemos si Warhol quería reirse del valor del arte lo cierto es que lo ha hecho sin querer, ya que hay tanta cantidad de obras salidas de la factory que es difícil calcular su valor o si son auténticas. Como me dijo mi profesor de proyectos una vez «cuarenta ferraris por la castellana parecen más baratos que uno solo»

Andy Warhol en la Factory

 

Y recuerda: “Todos aquellos que pintan campesinos como si fueran santos deberían ir al infierno” Max Aub.

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