Esos Desalmados

Un día fui con una buena amiga a ver qué había en el Caixaforum de Madrid y nos topamos con tres exposiciones, cada una más decepcionante que la anterior. Primero vimos la de Roni Horn, que es la que utilizo hoy para hacer algunas reflexiones.

Con Roni Horn me pasa como con el processing: si lo que hace el ser humano lo podría hacer igual una máquina…carece de alma. Se sospecha que hay un trabajo automático a medida que crece el número de «obras» que componen la serie. Así tenemos que n alma es inversamente proporcional a n trabajos. Suponiendo que la cantidad de alma, n alma, se pudiera cuantificar….que obviamente no. Alma es más bien 1 o 0; sí o no; hay o no hay.

Premisa: El arte es aquello único que ninguna máquina ha podido hacer.

(Rellena este espacio con todo aquello que encaja en la premisa pero no se considera arte)

¿Ya?

Se me ocurre la casa de una persona con síndrome de Diógenes (pobre Diógenes) . Efectivamente, eso no lo ha hecho nunca una máquina y a la vez es único pero…(aquí llegamos a la segunda premisa)…no hay intencionalidad. El dueño de esa casa nunca se propuso asquear a las visitas, de hecho le avergüenza su estilo de vida.

Otro ejemplo: Tu abuela tejía puntillas a ganchillo antes de que hubiera máquinas capaces de hacerlo…con la intención de admirar a las personas que las observaran al secarse con la toalla de manos. Bien, pero…tu abuela no fue la primera en hacer ganchillo, no hay reflexión detrás de las puntillas. Hay belleza, hay mucho trabajo y hay intencionalidad, pero no hay una búsqueda de complicidad con completos desconocidos. Por esto, ya podemos eliminar la artesanía de la ecuación.

Obra de Bolo Blas, un obsesionado de lo kitsch.

Vuelvo a lo del Processing Art. Alguno dirá que detrás de cada máquina hay un ser humano que la programa para crear algo nuevo…sin embargo, todo acaba siendo geometría aleatoria y eso ya se inventó hace décadas en el mundo del arte. Ni el Robot Art ni el Arte Cibernético se descubrieron ayer. Y ya se sabe que si lo que haces hoy se empezó a hacer antes de que tú nacieras…no eres un pionero precisamente. Créeme, quien da primero…da dos veces.

Raymond Auger, 1962

Os dejo con una idea provocada por otra exposición: «Nikola Tesla, suyo es el futuro» en la Fundación Telefónica:

Se considerará a alguien un buen inventor en el momento en que su creación sirva para matar gente.

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