Te voy a contar unas anécdotas acerca de la creación de este collage, que llamo Motor de consumidores.
Como vivo en la montaña rusa, a veces caigo en picado y luego ese mismo impulso me hace subir a toda velocidad. Pues un domingo estaba cayendo y no quería salir de casa, y mucho menos ir a comer al McDonalds con mis primos. Estaba enfadada con el sistema y pensando que el mundo no tiene remedio. Aun así mi madre me obligó a asistir a la comida familiar y al llegar al McDonalds pedí solamente un vasito de agua a modo de protesta.
¿Qué engranaje está conectado al Motor de consumidores? A ver si lo adivinas.
En el vasito ponía «PODER REFRESCANTE» debajo del logotipo. Yo lo vi como una señal para seguir indagando en mi bajón. Cogí el vasito de manera que tapaba la palabra «refrescante» y se lo mostré a mi primo el mayor diciendo ¿Lo pillas?. El dijo que no. Fue entonces que empecé a subir. Primero rabia y luego ganas de crear. Al llegar a casa, recorté el vasito. Busqué mensajes en revistas, folletos, bolsas y etiquetas. Encontré en la nevera una foto de la NASA que había cogido del observatorio durante una visita a Robledo de Chavela. Mi propósito era hacer el collage con lo que ya tuviera. La prueba de que estamos rodeados de mensajes irónicos, como el del vasito. Quise salir de casa a por más (ahora todo lo contrario que antes de comer). Riendo sin parar, como una loca, cogi un folleto de Bankia y otro de la farmacia. La gente me miraba y me daba igual. En cuanto volví a casa me puse a recortar y se me hizo de noche. No quise parar para cenar.
Luego vino el cura y casi le increpo por no mojarse.
Pasé mucho rato decidiendo la colocación de los engranajes, pensando cuáles giraban en el mismo sentido y cuáles movían a cuáles. Dibujé cintas de transmisión para que girasen en el sentido adecuado. Y la gran pregunta: ¿Cuál va conectado al motor?
Cuando terminé de hacerlo, lo coloqué en un sitio bien visible del salón. Al día siguiente vino a casa el cura que confesaba a mi abuelo. Mi abuelo estaba en silla de ruedas y por eso venía el cura todas las semanas. Cuando el cura hubo confesado a mi abuelo, le pregunté sobre mi obra ¿Cual va conectado al motor? ¿Cuáles se mueven más rápido?. Me pensaba que el cura, habiendo estudiado filosofía, se mojaría y entendería mi obra pero sólo contestó: Yo no entiendo de estas cosas.